


A dos cuadras de aquí está el paraíso...
A dos cuadras de aquí está el paraíso.
Hasta hoy, era un rumor de viejas sombras.
Cualquier casa...
EN EL LÍMITE
EN EL LÍMITE
Escondida como la noche
tocando el rostro de la neblina,
buscó la sima del invierno racional.
Intentando regresar al universo auténtico
cortó el lazo del tiempo flotante
dejándose entre dos aires
que rasgan su conciencia encarcelada.
Cerca del precipicio tiene la mirada
y lanza su deseo ante su existencia.
Viene y baja y vuelve y va y tira.
La primavera no quiere dejarla morir.
Como hojarasca se quebraja su andar
y cae mirando esquiva las nubes del suelo.
Lejos y perdida en el límite
se lanza con la tormenta y la recoge el otoño.
Corre, corre, corre,
con los pasos heridos,
con los ojos enrojecidos,
sin respiro por dos caminos que caen.
Salta sobre su pecho el llanto adolescente
y empuja una herida que mata su inocencia.
Cada paso, sobre la brecha abismal,
se recoge con las palabras de un cuerpo desgarrado.
Muere la oscura muralla
y atravesando las ruinas congeladas
Recoge la flor.
"Vi que se me ponía la carne de gallina. No sabía por qué. No tenía frío. ¿Habría pasado un fantasma? No, era la poesía. Una chispa de Arnolds se desprendió y me sacudió un escalofrío, y tuve ganas de llorar. Me sentía extraña. Había descubierto un nuevo modo de ser feliz"
Sylvia Plath
No podía dejar pasar las palabras de quién ha sido motivo de mi admiración poética e investigación hace ya un tiempo: SYLVIA PLATH.
Sylvia recibió el "soplo" de la poesía a muy temprana edad y se destaca un momento fundamental en el que ella conecta con la poesía, su madre estaba leyendo un poema de Mathew Arnolds y Sylvia comentó las palabras que apunté anteriormente.
Esto se confirma, pues Sylvia "confesó" (escribió) hasta el último momento de su vida.
LA SOMBRA DEL PÁJARO
LA SOMBRA DEL PÁJARO